Lo que me sale y siento si comparo mi vida con una bicicleta, los paseos son sin duda los momentos que paso con mi hermano Héctor.
Los paseos son siempre con él. Porque yo los entiendo como un descanso, un sosiego, una sensación de bienestar, de paz. Y todas esas cosas son las que me aporta mi hermano.
Estos ratos con él me ayudan a meditar sin agobios, a tomar decisiones importantes y a colocarme en la mejor posición de defensa ante situaciones límite.
Nunca le he escuchado levantar la voz. Su voz pausada y su lógica aplastante son la mezcla perfecta, el cóctel que me hace tan fuerte como si de espinacas se tratara.
Te quiero Héctor.
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